ALMA

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lunes, 21 de octubre de 2013

Caminante.


Un caminante había tomado la ruta más clara para sus sueños, después de mucho tiempo había empezado un nuevo vuelo, como un pájaro que iniciaba su primera excursión por el mundo, llevaba consigo un reloj de arena, cada vez que el tiempo se agotaba, el caminante lo giraba y con un nuevo aprendizaje comenzaba de nuevo, sin dejarse vencer. El final del camino anunciaba la llegada de un hermoso suceso, era como llegar a la cima de un árbol no por lo que consiguiera, si no, por todo lo que tendría aprendido, al final de la ruta y los renacimientos, había aprendido que el tiempo era justificable mientras uno se sienta con la fortaleza para continuar".

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