Ríe la bestia.

Que se nos va la reina, la más bella y ríe la bestia, que se apaga el sol como ella mientras pasa el día, que los chicos gritan y los adultos lloran, hoy una madre se desgarra de dolor, ayer también y el que comanda sigue tomando café en un palacio de lobos amaestrados y sirvientes callados.

Las noticias interrumpen mi tranquilidad, estando tan lejos de allá, hago una pausa tomo un respiro, apago, prendo, quiero silencio, quizás el mismo que Venezuela que con banderas al corazón ruegan, suplican, luchan y resisten, y yo me pregunto en que momento las guerras se empezaron a producir en busca de paz y muere aquel que solo aclama libertad y los que visten de verde militar a fuego rápido y alto con risa estremecedora disparan contra los suyos, matan a los suyos, acaban con los suyos, desintegran a los suyos y luego se van a dormir.

Cuesta asimilar que las calles se vistan de rojo y de negro a la vez, ¿como hacer luto nacional, cuando la nación es gobernada por el asesino intencional, fantasma y creador de las lagrimas de un pueblo que hoy son las del mundo, que ya deben parar.

¡FUERZA VENEZUELA, RESISTAN!